La Agrupación DEMO (CURZA) y Estudiantes de la Universidad Nacional de Río Negro, emitieron un comunicado donde rechazaron la implementación de un reglamento displinario para los estudiantes de esa casa de estudios al que calificaron de “propio de un orden de tipo militar”.
Explicaron que no llama la atención que “los mismos personajes que hoy impulsan una visión elitista, restrictiva y carcelaria de la universidad hayan sido los que intentaron iniciar –sin éxito- el mismo proceso en la UNCo y fueron repudiados por el conjunto de la comunidad universitaria de Comahue”.
Dijeron que “este reglamento no es inocente. Implica toda una manera de entender la universidad desde una visión carcelaria, una visión que infantiliza al estudiante y lo subordina a la autoridad docente”.
El texto completo del comunicado es el siguiente:
No es novedad que la Universidad Nacional de Río Negro ha venido dando pasos para adaptarse a las exigencias de la enseñanza elitista desde su nacimiento. De eso dan fe los excluyentes exámenes de ingreso que esta universidad y su cabeza, en este caso el rector organizador Juan Carlos Del Bello, han impuesto y que expulsan todos los años a cientos de estudiantes de la universidad. Tampoco es novedad la inmediata acreditación de la UNRN con la funesta CONEAU, órgano acreditador de la Ley de Educación Superior menemista (impulsada por Del Bello desde su puesto de Secretario de Políticas Universitarias).
La novedad ahora, viene por el lado de la imposición de un reglamento de disciplina que establece sanciones y apercibimientos a los estudiantes que, por ejemplo, “participen en desordenes dentro del ámbito universitario” o caigan en “desobediencia ante la orden impartida por un docente o autoridad universitaria, dirigida a evitar actos de indisciplina”. Los órganos de aplicación de estas sanciones son el rector y los vicerrectores, autoridades unipersonales.
El reglamento, propio de un orden de tipo militar más que de una universidad pública, establece figuras como “alumnos imputados” o “alumnos interrogados”, colaborando con una clara estigmatización del estudiantado y aplacando toda posibilidad de intervención, disidencia o pensamiento crítico.
Entre sus artículos, el reglamento señala que los estudiantes que incurran en algunas de las faltas establecidas perderán –en el transcurso de la “investigación”- el derecho, por ejemplo, a seguir cobrando sus becas, derecho que quedará suspendido hasta que se resuelva el caso (la investigación puede extenderse hasta 30 días). Es decir que los estudiantes son “culpables”, antes de que demuestre lo contrario.
Este reglamento no es inocente. Implica toda una manera de entender la universidad desde una visión carcelaria, una visión que infantiliza al estudiante y lo subordina a la autoridad docente. A propósito nos preguntamos ¿qué universidad y que construcción del conocimiento y los sujetos promueven estas normativas?.
Otro agravante del reglamento es que sanciona a los estudiantes por actos u acciones (de “desorden” o “indisciplina”) que cometan dentro de la institución o afuera de ella, con lo cual la persecución se extiende puertas afuera de la universidad.
No nos llama la atención que los mismos personajes que hoy impulsan una visión elitista, restrictiva y carcelaria de la universidad hayan sido los mismos que intentaron iniciar –sin éxito- el mismo proceso en la UNCo y fueron repudiados por el conjunto de la comunidad universitaria de Comahue. Son los mismos que querían exámenes de ingreso y “códigos de convivencia” para adaptar la universidad a las exigencias del neoliberalismo. Notable es hoy su doble discurso que por un lado pretende mostrar una UNRN comprometida con la lucha por los DDHH y que por el otro establece sanciones propias de una universidad autoritaria.
No nos llama la atención que los mismos personajes que hoy impulsan una visión elitista, restrictiva y carcelaria de la universidad hayan sido los mismos que intentaron iniciar –sin éxito- el mismo proceso en la UNCo y fueron repudiados por el conjunto de la comunidad universitaria de Comahue. Son los mismos que querían exámenes de ingreso y “códigos de convivencia” para adaptar la universidad a las exigencias del neoliberalismo. Notable es hoy su doble discurso que por un lado pretende mostrar una UNRN comprometida con la lucha por los DDHH y que por el otro establece sanciones propias de una universidad autoritaria.
Los estudiantes estamos convencidos que la universidad debe ser un ámbito de formación de profesionales críticos que colaboren con ideas para la transformación de la sociedad. Nos volvemos a preguntar ¿Qué tipo de conocimiento y profesionales se crean a través del “disciplinamiento” y la persecución?
Por todo esto convocamos especialmente a la comunidad universitaria de la Universidad Nacional de Río Negro (graduados, docentes, no docentes y estudiantes) que aun no se han pronunciados sobre esta reglamentación, como así también, a las autoridades del Centro Regional Zona Atlántica y de la Universidad Nacional del Comahue, organizaciones estudiantiles y gremios docentes, a que expresen su repudio a este tipo de reglamentaciones contra los estudiantes y que exijan la inmediata anulación de esta resolución.
En el mismo sentido, llamamos a todas las organizaciones sociales, de derechos humanos y gremiales, a acompañar este reclamo.
Por todo esto convocamos especialmente a la comunidad universitaria de la Universidad Nacional de Río Negro (graduados, docentes, no docentes y estudiantes) que aun no se han pronunciados sobre esta reglamentación, como así también, a las autoridades del Centro Regional Zona Atlántica y de la Universidad Nacional del Comahue, organizaciones estudiantiles y gremios docentes, a que expresen su repudio a este tipo de reglamentaciones contra los estudiantes y que exijan la inmediata anulación de esta resolución.
En el mismo sentido, llamamos a todas las organizaciones sociales, de derechos humanos y gremiales, a acompañar este reclamo.
Agrupación D.E.Mo (CURZA) y Estudiantes de la Universidad Nacional de Río Negro.
Fuente: ADN
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