miércoles, 9 de marzo de 2011

Sigue preocupando la expansión de la ostra japonesa

No deja de preocupar a las autoridades provinciales y locales la expansión de la ostra cóncava japonesa, cultivada e introducida por el hombre en Bahía San Blas y que ha generado una explosión demográfica hacia el sur, llegando incluso, según información oficial, a advertirse su presencia hasta en el balneario Las Grutas.Los últimos informes recibidos por el Consejo de Ecología y Medio Ambiente de la provincia (Codema), hace unos meses, señalan que la especie aún mantenía su representación.

El monitoreo es periódico y la ostra se encuentra en El Cóndor, Segunda Bajada del Faro, Playa Bonita, Punta Bermeja La Lobería y el Golfo San Matías, según una comunicación realizada por la concejal Fabiana Malpeli meses atrás.

Impacto ambiental


Son varias las consecuencias negativas de la invasión de la ostra japonesa. Las más evidentes son la que se generan por los accidentes, raspaduras o cortes en la piel, cortes en equipos náuticos y trajes de neoprene.

También es nociva para la práctica de la pesca debido a los cortes de líneas desde la costa.

Además, esta especie entra en competencia con otras especies por el sustrato y el alimento y genera cambios en la estructura de los ecosistemas, favoreciendo el crecimiento de algunas especies en detrimento de otras.

También provoca arrecifes (bancos) y es potencial portadora de diversas enfermedades virósicas y parasitarias, para otras especies de bivalvos.

En todas las superficies
El informe realizado por la concejal Malpeli el año pasado consigna que la ostra japonesa se desarrolla en casi cualquier superficie dura, se pueden encontrar en superficies fangosas o arenosas, como así también asentarse por sobre otras especies.

Sin embargo, esta especie de ostras genera condiciones nocivas para el resto de los moluscos bivalvos: se caracteriza por concentrarse en densas formaciones y excluir a otras especies nativas del hábitat, dando lugar a limitaciones de los alimentos y la disponibilidad del espacio para otras especies, pudiendo generar cambios importantes en el medio ambiente.
 
Se debe tener en cuenta que esta especie, la ostra “Crasssostrea gigas” plantea una problemática para el resto de la especies: su resistencia a los cambios climáticos y salinidad y también el que sea portadora de una bacteria que podría infectar a las especies autóctonas donde se radica.

Fuente: Noticias.net

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