lunes, 21 de febrero de 2011

Piden condena por un asesinato en San Antonio

Once años de prisión piden para los hermanos Rocío y Gerardo Pazos por el homicidio en ocasión de robo del anciano Santiago Ulloga, ocurrido en San Antonio Oeste entre el 17 y 20 de mayo de 2008.

A la solicitud de condena de la fiscal de Cámara, Adriana Zaratiegui, se contrapuso el alegato del abogado defensor Ariel Alice, quien ante la falta de certezas pidió la absolución de sus defendidos y, en caso de una condena, la pena mínima. El Tribunal integrado por Susana Milicich de Videla, María del Carmen Vivas de Vázquez y Eduardo Ignacio Giménez dará a conocer la sentencia el tres de marzo.

Al finalizar la audiencia de los alegatos tanto Gerardo como Rocío Pazos se manifestaron inocentes y consideraron injusta una condena, aunque admitieron la culpa de haber abandonado al anciano. Rocío agregó que puede dormir tranquila a pesar del lugar donde se encuentra.

Para la fiscal los hermanos Pazos ofrecieron versiones armadas para justificar sus presencias en la vivienda del anciano el día del hecho, marcando contradicciones entre ambos. "Rocío dijo que al hermano sólo le dijo que el "Don" (tal como se refieren a Ulloga) se había desmayado y el hermano dice que Rocío le dijo que ella y una tal Andrea López le estaban haciendo un baile de seducción y el Don se desmayó. Rocío dijo que la víctima tenía las manos atadas y el hermano que las tenía sueltas; Rocío dijo que tomó drogas y cocaína delante de su hermano y éste dijo que no se drogó".

Si bien Zaratiegui acusó a los hermanos Pazos de ser los autores del homicidio interpretó que la muerte de Ulloga no estaba en los planes de los imputados "sino tan sólo el robo, además de no llevar ningún instrumento para darle muerte. Más bien su accionar fue improvisado y cuando Ulloga se resistió echaron mano a lo que tenían en la casa como los repasadores y el uso de los cordones de los zapatos para atarlo". Descartó que se trate de un homicidio culposo o preterintencional, teniendo en cuenta que se le extrajeron de la boca dos repasadores que le obstruyeron las vías respiratorias. Uno de ellos de manera compresiva empujando hasta el final. "La desesperación de quien se asfixia no pudo pasar por alto a los imputados y simplemente lo dejaron morir", concluyó.

Tuvo en cuenta como agravante el aprovechamiento de la avanzada edad de la víctima que vivía solo y como atenuantes la carencia de antecedentes, juventud sobre todo de Rocío con una inminente maternidad frente delitos con penas altas "y que hay un chiquito que se criará alejado de su madre".

Tras plantear una serie de nulidades el abogado defensor, Ariel Alice, calificó de "pésima" la instrucción de esta causa y de las resoluciones de Cámara ante las nulidades planteadas durante la investigación de este hecho. Habló de déficit probatorio y ausencia de toda certeza, al considerar que lo que hubo fueron "testigos de oídas" y en este sentido sostuvo que "no se mide con la misma vara lo señalado por esos testigos".

Interpretó que los indicios de oportunidad reunidos "no son suficientes para una condena", coincidiendo con la fiscal que no hubo un plan para matar al anciano sino que surgió un imponderable que generó la huida de los imputados de la vivienda. "Rocío fue a buscar la ayuda de su hermano ante el desmayo de Ulloga y la intención fue acallar a alguien que gritaba", fundamentó al referirse a los repasadores con los que fue amordazado.

Pidió la absolución de los hermanos Pazos y que en caso de condena se le aplique el mínimo de la pena del delito de "robo en concurso ideal con homicidio culposo".

Fuente: Rio Negro on - line

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