La legisladora del bloque de la Concertación, Adriana Gutiérrez, propuso declarar de interés sanitario, educativo y social las Jornadas Norpatagónicas de “Aprendizaje, Conducta y Autismo”, que son organizadas por la filial atlántica de la Sociedad Argentina de Pediatría, del 9 al 11 de septiembre próximo en el Centro Municipal de Cultura de Viedma.
Esta actividad tiene el objetivo de “ampliar conocimientos a otras disciplinas a fin de lograr un abordaje interdisciplinario dada la complejidad del síndrome”.
El autismo es un desorden del cerebro que comienza en los niños antes de los tres años de edad y que deteriora su comunicación social causando un comportamiento restringido y repetitivo. Puede clasificarse de distintas formas, como un desorden en el desarrollo neurológico o un desorden en el aparato psíquico. Hasta principios de 1960 muy pocas personas que no fuesen médicos, psicólogos o maestros especiales, habían oído hablar de los niños autistas. Pero posteriormente y más aún en las últimas décadas los problemas de estos niños han sido objeto de estudio y discusión.
“El pediatra es quizás entre los médicos, el que tiene una mayor responsabilidad sobre la salud de la población y debe ser un gran clínico para diagnosticar y tratar a un paciente, que muchas veces por su grado de desarrollo no está en capacidad de comunicarse claramente”, destacó Gutiérrez en su iniciativa, que lleva el acompañamiento de la también legisladora Inés Lazzarini.
“El pediatra es el especialista médico, el que está más cercano al niño y a la familia, y quien ejerce sobre éstos una mayor influencia. Por lo tanto el pediatra surge como un elemento importantísimo en el diagnóstico precoz del autismo, al igual que el docente, siendo de gran valor para el pronóstico de la enfermedad, y debe formar parte del equipo multidisciplinario para su tratamiento”, expresa.
Se plantea además que “los padres de estos niños requieren de mucha ayuda, de entrenamiento en estrategias y recursos para el manejo adecuado de estos niños en el hogar, ya que el autismo produce incapacidades a través de toda la vida”.
El autismo es un desorden del cerebro que comienza en los niños antes de los tres años de edad y que deteriora su comunicación social causando un comportamiento restringido y repetitivo. Puede clasificarse de distintas formas, como un desorden en el desarrollo neurológico o un desorden en el aparato psíquico. Hasta principios de 1960 muy pocas personas que no fuesen médicos, psicólogos o maestros especiales, habían oído hablar de los niños autistas. Pero posteriormente y más aún en las últimas décadas los problemas de estos niños han sido objeto de estudio y discusión.
“El pediatra es quizás entre los médicos, el que tiene una mayor responsabilidad sobre la salud de la población y debe ser un gran clínico para diagnosticar y tratar a un paciente, que muchas veces por su grado de desarrollo no está en capacidad de comunicarse claramente”, destacó Gutiérrez en su iniciativa, que lleva el acompañamiento de la también legisladora Inés Lazzarini.
“El pediatra es el especialista médico, el que está más cercano al niño y a la familia, y quien ejerce sobre éstos una mayor influencia. Por lo tanto el pediatra surge como un elemento importantísimo en el diagnóstico precoz del autismo, al igual que el docente, siendo de gran valor para el pronóstico de la enfermedad, y debe formar parte del equipo multidisciplinario para su tratamiento”, expresa.
Se plantea además que “los padres de estos niños requieren de mucha ayuda, de entrenamiento en estrategias y recursos para el manejo adecuado de estos niños en el hogar, ya que el autismo produce incapacidades a través de toda la vida”.
Prensa Bloque Alianza Concertacion
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