Cerca de un millón de pesos es el monto que mensualmente le inyectaba al movimiento comercial de esta ciudad el salario de los empleados vinculados a distintos sectores de la pesca, una suma que hoy, con casi 300 familias desocupadas por el colapso de dos firmas pesqueras, hace sentir su carencia, generando una parálisis en las ventas de productos y servicios cada vez más evidente.
"Los obreros de las pesqueras representan a un sector que se caracteriza por volcar en la localidad el grueso de sus ingresos, ellos no van a gastar a otro lado, y por eso esa crisis que atraviesan nos golpea directamente" manifestó un comerciante del rubro alimenticio.
"Los viajes en la base decrecieron, y en gran parte se debe a que los operarios pesqueros, que se mueven mucho en nuestros vehículos, ya no los utilizan" expresó por su parte un taxista local.
Este discurso que se ha instalado entre los distintos comerciantes, coincide con el que comenzaron a esbozar los gremios del sector, que manifiestan que el desempleo que padecen no debe ser considerado como algo que sólo se circunscribe a ellos.
"Éste ya no es un problema laboral, es un problema social, que tiene un impacto muy fuerte. Por caso, más allá del 'parate' económico de la ciudad, ocurre lo mismo en otros niveles, ya que por ejemplo al dejar de contar con las prestaciones médicas todas las familias que acudían a su obra social ahora recaen en los establecimientos públicos, y con la cantidad de desocupados que hay. son cerca de 1.200 personas las que ahora van a buscar el respaldo de la atención sanitaria que presta el estado" manifestó Gustavo Rubio, el titular del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), que nuclea al personal de marinería, que en este momento posee 55 personas en la calle.
El mismo reclamo fue el que esgrimieron el sábado, durante los festejos de los 105 años de la localidad, los ex trabajadores de planta agremiados en el Sindicato de Industrias de la Alimentación (STIA) que entre los 98 desempleados de Marítima San José y los 140 de Camaronera supera las 230 familias sin trabajo.
"Nuestro problema es el problema de todos" argumentó una de las ex trabajadoras, que junto a un grupo de compañeros durante el festejo se turnaron para atender los puestos cedidos en la plaza Centenario (dos para cada empresa) durante el aniversario, en los que vendieron panes, pizzas y tortas elaboradas por ellos para recaudar fondos.
Por otra parte, hay quienes optaron por esta modalidad desde hace unos días, para afrontar el desempleo. "Con un grupito de Camaronera estamos preparando pan casero y tortas fritas para vender al público en el salón comunitario del barrio San Cayetano. Vendemos puerta a puerta y a algunas instituciones, pero la idea no es convertirnos en panaderos, esto es transitorio, queremos que se resuelva la situación de la pesca. Lo bueno es que, más allá de la plata que podamos juntar, ocupamos la cabeza en otra cosa y eso se siente en el ánimo que tenemos. Cuándo nos reunimos con nuestros ex compañeros que no están trabajando vemos la diferencia, porque, pese a todo, podemos mantener otro espíritu" manifestó Julia Dávalos, una de las integrantes de ese emprendimiento
Fuente: Río Negro on - line
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