Hay plumas que remueven las entrañas mas insensibles. Alguien, escribió "Ojalá que nieve" en el Mensajero Digital de Bariloche. Un texto tremendo, que invita a reflexionar. No supimos el nombre de su autor, pero a la distancia, nos rendimos ante su sensibilidad, la que le envidiamos profunda y sanamente. Si es que la envidia tiene un costado sano.
Ojalá caiga una nevada interminable, de esas que no paran, que hacen que todos se escondan en sus casas.
Ojalá la nevada interminable enfríe los corazones.
Ojalá el frío duela.
Ojalá el dolor traiga silencio.
Ojalá el silencio deje, por fin, descansar a los muertos.
Ojalá, descansada, la muerte se vaya.
Ojalá deje de volar sobre la ciudad, oscura, sonriente, suficiente, ojalá se vaya. Ojalá el frío carcoma el alma, la lastime.
Ojalá el alma se muera de dolor, de frío, de silencio.
Ojalá el silencio sea insoportable para los asesinos.
Ojalá el frío y el silencio fulminen a los funcionarios indiferentes, entregadores, incapaces de asumir su culpa infinita.
Ojalá el frío y la nevada interminable hagan que los pibes vuelvan a sus padres. Ojalá tengan padres que los reciban.
Ojalá pibes y padres lloren juntos a los muertos, ojalá lloren mucho.
Ojalá el frío y la nieve espanten las armas, ojalá las congelen, las destruyan.
Ojalá nieve mucho.
Ojalá lloremos todos por ver en que nos hemos convertimos.
Ojalá caiga una nevada interminable.
Ojalá nieve.
Fuente: InformativoHoy
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